En el Paraguay se consume 150.000 kilos de tomate por día. La producción nacional abastece solo con 80.000 kilos por día, gran parte del año, por esa razón, la mitad de la demanda nacional de tomate se debe importar.
Solo vale la pena producir tomate cuando se invierte en la mayor tecnología posible. Una hectárea de tomate bajo media sombra, con sistema de riego, utilizando semillas de alta calidad genética, y aplicación los defensivos químicos, y proveyendo a la planta todos los nutrientes necesarios vía fertirriego, tiene un costo de 150.000.000 de guaraníes.
Con ese nivel de inversión, la producción por planta alcanza los 6 kilos, que a razón de 18 mil plantas por ha. se obtiene una producción total máxima de 108.000 kilos por hectárea, que vendiendo a un precio promedio de 4.000 guaraníes el kilos, el productor lograría un ingreso bruto de 432.000.000 de guaraníes, por lo que arrojaría una utilidad de 282.000.000 de guaraníes por hectárea.
A la fecha, considerando los bajos precios de la soja, y el aumento de los costos de producción, más la aplicación del IRAGRO y el IVA Agropecuario, una hectárea de soja genera tan solo 60 dólares por hectárea de utilidad. Vale decir, que se necesitaría unas 1.000 has. de la oleaginosa para generar una utilidad de 60.000 dólares que al cambio actual sería unos 280.000.000 de guaraníes, cifra casi igual de lo que genera tan solo una ha. de tomate.
Sin embargo, si consideramos ambos rubros, por ingresos totales anuales, el tomate tiene dos ciclos y medio, y la soja un solo solo ciclo, o a lo sumo, un ciclo normal y una zafriña. Por tanto, en el periodo de un año, podemos afirmar que la utilidad generada por una hectárea de tomate es el doble de lo que genera 1.000 has. de soja, inclusive.
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