Para ello se compartió un pira caldo en el comedor Ña Marta, para hijos de los gancheros de Cateura, en el marco de la Semana Nacional de Promoción del Consumo del Pescado, donde se recordó que Paraguay tiene un consumo per cápita de solo 7 kg/año, que se considera aún bajo, pero que está en aumento.
El Ministerio de Agricultura (MAG), a través de la piscicultura, “promueve la seguridad alimentaria e ingresos dignos para las familias de productores, e insta a la producción y consumo de peces, considerando sus innumerables bondades en el marco del Proyecto “Implementación del Plan Nacional de Desarrollo de la Acuicultura Sostenible en el Paraguay”, se informó.
“El mismo se enfoca hacia el mejoramiento productivo y económico, el incremento de la productividad y del consumo de pescado cultivado, así como la generación de capacidades técnicas”, agregó. Entre las bondades del pescado se señala que aporta nutrientes esenciales para el crecimiento, proporciona calcio, protege el corazón y las arterias, tiene propiedades antiinflamatorias, previene la diabetes y el cáncer.
“Este rubro trae beneficios sociales, ya que ocupa mano de obra para prácticamente todos los integrantes de la familia, en donde la mujer y los jóvenes se tornan económicamente activos, y los ancianos pueden participar en tareas sencillas, contribuyendo a la integración familiar”, destacó.
Según datos de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO, su sigla en inglés), el pescado es la fuente principal de proteínas para el 17% de la población mundial y para el 25% de los habitantes de países con bajos ingresos y déficit de alimentos.
Paraguay produce anualmente 4.500 toneladas de pescado procedente de la acuicultura, una cifra baja en relación a lo que se produce en los países de la región. A nivel nacional se cuenta con unos 4.500 acuicultores registrados en el Viceministerio de Ganadería.
El Gobierno Nacional a través del Ministerio de Agricultura y Ganadería, en coordinación con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), promueven la producción acuícola sostenible para garantizar la seguridad alimentaria y reducir la pobreza a nivel nacional en el marco del Proyecto "Implementación del Plan Nacional de Desarrollo de la Acuicultura Sostenible en el Paraguay".
El mismo se enfoca hacia el mejoramiento productivo y económico, el incremento de la productividad y del consumo de pescado cultivado, así como la generación de capacidades técnicas.
Entre sus bondades se destaca su contenido, ya que aporta nutrientes esenciales para el crecimiento, proporciona calcio, protege el corazón y las arterias, tiene propiedades antiinflamatorias, previene la diabetes y el cáncer.
En setiembre, técnicos del MAG llegaron a la comunidad indígena Vy’apave, ubicada en el distrito de Azotey del departamento de Concepción, donde –acompañados por técnicos de la Federación de Cooperativas de Producción (Fecoprod), realizaron una capacitación en la que el tema principal fue la cría de peces.
Estuvieron presentes el Sr. Marcos Medina, Vice Ministro de Ganadería, Ing. Rafael Sosa, Director de Pesca y Acuicultura de la SEAM, Dra. Susana Barúa, Directora de Acuicultura de MAG, la Dra. Amalia González Escobar de SENACSA, Nelly Alvarenga de SENACSA, la Sra. Ktiupcia Correa, SENACSA, Mariela González de SENACSA, Sebastián Aponte del Ministerio de la Juventud, Sr. Marcelo Cartaman, Técnico de Acuicultura del MAG, Sr. Carlos Bogarin, Presidente de la Asociación de Pescadores y Benito Paniagua, Vice presidente de la Asociación de Pescadores.
La piscicultura o producción de peces en medios hídricos naturales o artificiales controlados ha evolucionado y adquirido importancia en el Paraguay, ubicándose en la actualidad dentro de las prioridades de los gobiernos Central, Departamental y Distrital, por lo que varios municipios han incluido dentro de su programa de asistencia a pequeños productores el rubro de piscicultura.
El incremento del interés por la piscicultura en el Paraguay se basa en la abundancia de recursos naturales existentes en el país, la disminución significativa de las capturas en las pesquerías comerciales, el incremento nacional en el consumo de pescado con un mercado interno insatisfecho y la posibilidad de obtener la mayoría de los insumos de producción a nivel local.
Este rubro trae beneficios sociales ya que ocupa mano de obra para prácticamente todos los integrantes de la familia, en donde la mujer y los jóvenes se tornan económicamente activos y los ancianos pueden participar en tareas sencillas, contribuyendo a la integración familiar. Así también, acarrea beneficios económicos y ambientales.